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EL SALUDO DE WILPOT: Realidad, Narrativas & Descripciones

markthemysticactiv


Había una vez un niño llamado Wilpot

que no sólo conocía la especie de cada pájaro,

sino también el nombre de cada pájaro.

Sabía los nombres por los que se los conocía en la bandada,

y los nombres cariñosos por los que se los conocía en casa,

en el nido.


Cuando sonaba la campana de la escuela al final del día, Wilpot corría a los árboles,

se sentaba en una rama,

y escuchaba con atención

mientras los pájaros le contaban cómo había sido su día.


De hecho, Wilpot amaba tanto a los pájaros,

y amaba tanto a l@s otr@s niñ@s del pueblo,

¡a veces no estaba seguro de

quién era qué!


Pero todo eso fue hace mucho, mucho tiempo -

porque ahora Wilpot era un hombre muy, muy viejo.



II


Wilpot todavía vivía en el mismo pueblo.

Allí había vivido una vida sencilla y tranquila -

porque con el paso de los años,

Wilpot había hablado cada vez menos.


Hoy en día saludaba a tod@s con estas mismas palabras:

"No te conozco" decía,

inclinando ligeramente la cabeza.


Algun@s de l@s aldean@s no entendían el saludo de Wilpot.


"Buenos días, Wilpot" decía alegremente el panadero,

mañana tras mañana,

cuando Wilpot venía a comprar su pan.

"No te conozco" respondía Wilpot, humildemente,

mañana tras mañana.


"Pero soy YO, Bobbinot el Panadero" gritaba Bobbinot a Wilpot -

porque Wilpot era ahora bastante pequeño, y bastante sordo.


Tod@s en el pueblo habían oído este mismo diálogo miles de veces.

Algun@s de l@s aldean@s que estaban en la cola del pan de la mañana se divertían

con este extraño ritual diario de falta de comunicación.

Algun@s de l@s aldean@s en la cola intentaban ayudar al panadero.

"Es Bobbinot, Bobbinot el Panadero" gritaban -

esperando que su proximidad al oído de Wilpot

pudiera penetrar la parte de su cerebro que conocía

los nombres de las personas y las cosas.


Pero l@s viej@s aldean@s sí lo entendían.

Habían conocido a Wilpot desde que era un niño

y todavía podían recordar cómo se sentaba en lo alto de los árboles todo el día,

hablando con los pájaros.

Para ell@s, el saludo de Wilpot era una bendición, una oración -

un llamado a una realidad más profunda que cualquier narrativa o descripción.

Y les dolía,

y a veces les enojaba,

oír a l@s aldean@s murmurar y reírse de lo que llamaban

la demencia de Wilpot.



III


Hasta cuando, un día en que una señora muy, muy mayor, llamada Wilhelma,

llamó a la puerta de Wilpot.

"¿Quién es?" gritó Wilpot desde adentro.

"Soy yo, tu vieja amiga Wilhelma" respondió Wilhelma.

Wilpot abrió la puerta de entrada.

"No te conozco" dijo.

"Yo tampoco te conozco" respondió Wilhelma.

Y se abrazaron como sólo aquell@s que han visto pasar las generaciones pueden abrazarse.


Wilpot y Wilhelma se sentaron a tomar té

y bocadillos hechos con el excelente pan de Bobbinot.

"No lo soporto más" se lamentó Wilhelma,

"¡No soporto que los habitantes del pueblo te consideren demente!"

"¡Gracias, gracias por tu amor!", respondió Wilpot.

Y se sentaron junt@s en silencio y contemplaron

la dulce imposibilidad de todo.


Sin embargo, a la mañana siguiente

ocurrió algo nuevo...


L@s aldean@s estaban reunid@s fuera de la panadería, como de costumbre,

respirando el olor de los hornos y el aire de la madrugada.

"Buenos días, Wilpot", dijo Bobbinot, como de costumbre,

al abrir la panadería.

Pero de manera no característica,

sorprendente,

sin precedente,

Wilpot respondió en voz alta:

"¡Bobbinot, buenos días! ¡Sé quién es quién!

¡Pero no TE conozco!"


Bobbinot se sintió débil y casi se cae.

L@s aldean@s que normalmente reían entraron en un estado de ensoñación nublado.

Y l@s aldean@s que normalmente gritaban quedaron en silencio.


Pero Wilhelma y l@s viej@s aldean@s,

que habían conocido a Wilpot desde que era un niño,

y lo habían oído hablar con los pájaros,

y habían oído a los pájaros decirle "nosotros tampoco te conocemos",

y habían visto a Wilpot y a los pájaros intercambiar pequeños regalos

de paja y semillas,

sonrieron con alivio y alegría.


*



Mark Josephs,

"Mark el Activista Místico",

Aragón, España,

Invierno 2024/25


Mark facilita el Proyecto Tribus Conscientes.

Sus relatos y poemas intentan captar

algo del ambente de "intimidad con la existencia"

en el corazón de cada Tribu Consciente.


TRIBUS CONSCIENTES

Semillas de Nuevas Comunidades Locales






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