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RoboBabe (un cuento de advertencia)

  • markthemysticactiv
  • Apr 22
  • 2 min read


Había una vez

que los plebeyos estaban indignados.


Arriba, en el palacio,

la familia real cenaba bueyes con salsa,

mientras que, abajo, en las calles,

los niños se peleaban por las migajas.


"¡Exigimos un cambio!", gritaban los plebeyos con justicia y vigor,

mientras marchaban de un lado a otro frente a las puertas del palacio.


El propio rey apareció en el balcón del palacio.

"¡Diseñaré una nueva bandera nacional!", anunció triunfalmente.

¡Hurra! ¡Hurra!", vitoreó la gente.


Como habían vitoreado antes,

había una vez,

mucho antes -

y como vitorearían,

muchas veces por venir.



II


Había una vez por venir

en una ciudad de metal y cristal,

donde las calles estaban bordeadas de árboles idénticos, brillantes -

la gente tenía suficiente para comer.


De hecho, la gente tenía más que suficiente.

Se atiborraban de las últimas delicias modificadas -

espaguetis que bailaban,

larvas anti-envejecimiento,

y el popularísimo pollo afrodisíaco.


Sin embargo -

a pesar de una vida tan entretenida y pulida,

y aunque el vómito de los festines de la noche anterior

siempre era lavado de las calles

por los ciber-limpiadores al amanecer -

no todo iba bien en la ciudad de brillo y lujuria.


La gente luchaba por amar a sus mascotas de plástico,

había oposición a las nuevas leyes legalizando el matrimonio con robots -

y los rebeldes se congregaban en las afueras de la ciudad desinfectada -

plantando escandalosamente semillas no-modificadas con las manos desnudas

directamente en la tierra fangosa, lodosa, salvaje.


Hasta un día, desafiando abiertamente el Decreto de Salud Municipal

que prohibía abrir la boca y exhalar en público,

los rebeldes marcharon con paso decidido frente a las oficinas del gobierno municipal...

"¡Nos estamos muriendo de falta de luz de luna!" se lamentaron”,

“¡Nos estamos muriendo de falta de pájaros, árboles y silencio!”,

“¡Nos estamos muriendo de la distancia unos de otros!”


La respuesta del Primer Ministro fue rápida y brutal.

Emitió un mensaje

en todas las pantallas de la ciudad:

“Proclamo este mes que viene

Un Mes de Festividades”, declaró con exuberancia y gloria -

“con fuegos artificiales todas las noches,

¡porque Robobabe va a ser mi esposa!”


¡Hurra! ¡Hurra!”, vitorearon los robots.

¡Hurra, hurra!, vitoreó la gente.


Como habían vitoreado antes,

había una vez,

hacía mucho tiempo,

y hacía aún más tiempo -

y como volverían a vitorear,

muchas, muchas veces por venir.


*


Mark Josephs,

"Mark el Activista Místico",

Aragón, España,

Primavera 2025


Mark guía el Proyecto Tribus Conscientes.

Sus artículos, relatos y poemas intentan captar

algo del ambente de "intimidad con la existencia"

en el corazón de una Tribu Consciente.


TRIBUS CONSCIENTES

 Semillas de Nuevas Comunidades Locales




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